Cada vez es más frecuente ver gente que no puede despegarse del teléfono aún en las condiciones más insólitas. Al principio me llamaba la atención ver a alguien chequeando su teléfono en el baño público pero ya es algo normal. O ver a alguien sudando como un cochino en la bicicleta del spinning sin dejar de teclear en el celular. O las personas que viendo el concierto de su cantante más querido prefieren verlo a través de la pantalla de un celular para poder grabarlo o compartirlo en línea con algún amigo.... [Continuar leyendo]