Cuándo era niño, iba a la escuela caminando y siempre desayunaba en un puesto de empanadas que quedaba a medio camino. El señor que atendía el kiosco era conocido como el “Señor Fiadito” por que daba crédito a sus clientes y permitía pagar hasta el viernes por lo que consumías en la semana. Yo usaba este crédito cuándo me gastaba la mesada en otras cosas y así podía desayunar sin problemas.... [Continuar leyendo]