La sentencia de que el dinero no trae la felicidad es una verdad a medias, porque a través del dinero es posible alcanzar, en ciertos casos, determinadas vivencias que sí nos traen la felicidad. Es el caso de viajar y disfrutar de unas merecidas vacaciones, luego de un año de ardua labor. Acaso ¿no es un auténtico anhelo dejarse mimar en algún hotel donde la premisa es mantener contentos a sus huéspedes?... [Continuar leyendo]