Tienes una “idea de un millón de dólares”, como se dice coloquialmente, y quieres convertirla en el negocio de tu vida, aunque lo último que recuerdes haber vendido fueron helados caseros o stickers de dibujos animados entre tus amigos. Y aunque tienes fe en que será un emprendimiento sostenible, no tienes ni idea de cómo manejar el área financiera una vez que lanzaste tu producto o servicio. ¿Te suena familiar?... [Continuar leyendo]