Confieso que como compradora soy caprichosa e inconstante. Creo que las únicas compras que verdaderamente disfruto son cuando compro libros, porque los puedo oler, palpar, leer la contraportada y eso me va enamorando hasta la estocada final.
Puede ser que no compre en el momento (en Venezuela es habitual ya que primero tienes que comprar leche, pan, harina o café), pero cuando regrese estaré decidida.
Muy diferente es comprar ropa. La poca que puedo comprar.... [Continuar leyendo]