Cuando un emprendedor encuentra frente a sí su idea de negocio ideal, es una experiencia casi comparable con una “epifanía“; y como suele pasar con todas las visiones de ensueño, pueden verse muy reales para quien las experimenta, pero se vuelve una misión casi “evangelizadora” cuando se trata de mostrarla como algo posible de realizar ante los demás: se convierte en una cuestión de fe.
Así fue la historia detrás de la creación de el Gran Café Doña Rosa, según la refiere su propietario y principal promotor, Pavel Rauseo.... [Continuar leyendo]