Uno de los públicos más complejos son los niños. Su raciocinio, su capacidad de imaginación y de evocación a veces no caben en su vocabulario y por ello inventan palabras nuevas, desconocidas para quienes no saben entrar en su código especial de comunicación.
Nunca antes una canción pudo definirlos mejor como la de Joan Manuel Serrat: “Esos locos bajitos que se incorporan con los ojos abiertos de par en par, sin respeto al horario ni a las costumbres y a los que, por su bien, hay que domesticar.... [Continuar leyendo]