Uno de tus principales proveedores ya no te facilitará línea de crédito, el dueño del local donde funciona tu negocio quiere que lo desocupes cuanto antes porque venderá el inmueble, tu móvil se descompuso justo antes de concretar la reunión con un cliente muy importante que viaja mañana y tu auto sencillamente no quiso arrancar hoy porque… se fundió el motor. Si todo esto ocurre en la misma semana ¿te imaginas cómo reaccionarías?
Puedes salir corriendo y pegar gritos de frustración, pero sin duda, cuando termines ese episodio, los problemas seguirán donde y tal como los dejaste. Dejarte arrebatar por el estrés, además de ganarte varias miradas de extrañeza, te alejará de las soluciones. Por eso, antes de reaccionar ¿qué tal si en lugar de gritar, respiras?
Eso es –en parte- lo que propone el mindfulness o la Atención Plena/Atención Consciente: reconocer no sólo la circunstancia en la que uno se encuentra, sino tener claridad acerca de cómo nos sentimos en ese momento y cómo vamos a reaccionar, emocional y físicamente, ante esa situación, como las que te describía más arriba.
No se trata de un artilugio de la muy de moda “autoayuda”. Aunque su origen tiene unos 2.500 años de antigüedad como práctica budista, desde hace tres décadas se utiliza como herramienta para atender problemas de salud asociados al estrés y la ansiedad.
De hecho, grandes empresas de renombre internacional lo han implementado, incluso como programa para preparar a sus empleados ante situaciones que pudieran perturbar su estabilidad emocional y que aprendan a manejarse ante ellas. Google cuenta con más de una docena de cursos sobre mindfullness. El más popular es “Busca dentro de ti mismo”, que promete aumentar tu capacidad para la resiliencia, mejorar la concentración y tus habilidades para escuchar. Puedes conocer otras experiencias en este enlace de Expok.
Y si ellos pueden, ¡por supuesto que tú también puedes! Esto no sólo te ayudará a mejorar tu desempeño como emprendedor –amén de aumentar tu productividad y disposición a superar nuevos retos- sino que puedes ponerlo en práctica con los empleados en tu negocio y hacerlo más rentable y, ¿por qué no?, más feliz también, porque tus clientes se van a contagiar.
Te ofrecemos tres técnicas rápidas y sencillas para aprovechar al máximo las ventajas de la “atención consciente”:
Toma sólo un minuto, pero es muy importante enfocarse en sólo en el objetivo: respirar profunda y lentamente, tomando aire por la nariz y exhalando por la boca, sin distraerte con absolutamente nada más, sin importar lo que ocurra a tu alrededor o si tu mente intenta “distraerte” con otros pensamientos. Te llevará varios intentos pero cuando lo domines, disfrutarás de claridad en tus ideas y paz emocional.
Suena algo raro, pero se refiere a “observar tus pensamientos”; algo como sentarte en una butaca dentro de tu cabeza a ver qué proyecta tu mente… sin sentirte involucrado en ese film. De este modo, puedes llegar a conocer por qué, por ejemplo, te agobian tanto las deudas, aunque no sean tan grandes como para eso. O por qué te pone de mal humor hacer ciertas cosas, tal vez el ego esté dominando en exceso tu cabeza. O qué te puede hacer cambiar a un ánimo festivo rápidamente. Conocerte mejor siempre será una gran ganancia.
Limpiar y desechar lo que no nos es útil ya es abrir espacio para lo nuevo y lo mejor que vendrá; al menos, es lo que esperamos. Eso también es válido para nuestro ser interior, por lo que te recomendamos que al dedicarte a tirar a la basura los recibos viejos de tu cartera o el material POP que ya no te sirve, aproveches para “botar” de tu mente los conceptos o pensamientos que sólo hacen “ruido” y no te dejan concentrarte: discusiones, fracasos pasados, decisiones erradas. Hazle lugar a nuevas ideas para hacer crecer tu pequeño negocio rentable o tu próxima campaña de valor para las redes sociales, para que tu emprendimiento arranque o se consolide y aportes más felicidad a tu vida.