[
](/files/2015/08/dekker3.png)
Laura Dekker es una chica que a los 14 años zarpó sola desde un puerto de Holanda y 17 meses después se convirtió en la persona más joven en navegar sola en un velero alrededor del mundo. Más allá de la controversia que generó el sólo hecho de que el padre de Laura permitiera a la jovencita abandonar sus estudios para intentar una odisea de alto riesgo, hay unas cuantas lecciones que todos podemos aprender de esta extraordinaria aventurera.
Atrévete a soñar
“Soy Laura Dekker. tengo 14 años y sueño con ser la persona más joven en navegar sola alrededor del mundo”, expresó al iniciar su periplo. Verbalizar esa frase fue un paso fundamental para convertir sus fantasías en realidad.
Aprende hasta convertirte en un experto
Dekker habría fracasado en culminar su viaje de 17 meses si no hubiera sido una navegante experta. Nació y pasó los primeros 5 años de su vida en un barco, a los 6 años tuvo su primer bote, a los 8 le regalaron un velero más grande en el que adquirió nuevas destrezas y a los 10 trabajó vendiendo periódicos y limpiando para comprar un Hurley 700 de siete metros de eslora, con el que recorrió toda la cosa holandesa y viajó sola a Inglaterra a los 13 años.
Comienza con un plan
El papá de Laura le dijo que si deseaba viajar sola por el mundo también debía planificarlo sola. Así que estudió las cartas de navegación, planeó las rutas, determinó las necesidades de su bote, buscó patrocinantes, les explicó exactamente lo que deseaba hacer y lo que requería de cada uno de ellos para lograrlo. Laura tuvo una visión y luego hizo planes para ejecutarla.
Trabaja muy duro para concretar
Laura no podía navegar por el mundo con su pequeño bote, así que compró uno mucho más grande con muy poco presupuesto. Tuvo que trabajar durante un año para convertir un velero varado en deplorables condiciones en uno suficientemente sólido y equipado para enfrentar sola tormentas y oleajes.
Lucha contra la adversidad
Todos pronosticaron que fracasaría, la tildaron de loca, los tribunales holandeses intentaron quitarle la custodia al padre para impedir el viaje y para colmo tampoco tenía dinero. Pero Laura prevaleció, ganó la batalla legal, buscó los recursos y zarpó con buen tiempo. También supo seguir las reglas del juego del mar para sortear bancos de arena, mal tiempo y arrecifes.
Supera los miedos
El principal enemigo de los grandes restos es el miedo. Los océanos estaban repletos de peligros reales y la cabeza de Laura llena de recuerdos dolorosos que pudieron entorpecerle el camino. Una tormenta casi lo logra al sacudir su confianza y destrozarle las velas y el timón. Pero mantuvo el foco y triunfó sobre los temores .
Haz sacrificios
Para lograr su meta, Laura tenía que seguir al pie de la letra un plan. Si desviaba su curso o permanecía demasiado tiempo en una costa, perdería la oportunidad de navegar por ciertas rutas de manera segura. Uno de sus mayores deseos era conocer Nueva Zelandia, su país natal, pero tuvo que renunciar a esa aspiración para lograr un objetivo mayor.
No te canses de buscar
En la medida en que Laura se aproximaba a cumplir su sueño, otros fueron emergiendo. Se dio cuenta que no deseaba regresar a Holanda y que culminaría su periplo en la isla caribeña de Saint Martin, una de sus primeras paradas al inicio del viaje de 17 meses. En su recorrido de 519 días demostró que podía lidiar con el viento, con grandes olas, con la soledad, cumplió su meta y siguió navegando hasta Nueva Zelandia, donde hoy planea su nueva aventura.
Si eres un emprendedor y necesitas asesoría escríbenos a gestioncomercial@imolko.com para hacer realidad tu sueño empresarial. Y si te interesa recibir otros artículos como éste, coloca tu correo electrónico en el formulario para mantenerte informado e inspirado.