“Ser mamá y profesional a la vez es como tratar de competir en una carrera de 400 metros con obstáculos vistiendo un traje de astronauta”, me dijo hace unos años Magaly Guédez, madre y promotora cultural venezolana.
El comentario refleja las dificultades que debemos superar las madres latinoamericanas en nuestro empeño titánico por no quedar excluidas del mercado laboral. La desproporcionada carga de labores domésticas no remuneradas nos restan al menos 4 horas diarias al tiempo que pudimos haber dedicado a ganar dinero, según datos de la ONU.
El uso de la tecnología como un aliado para cerrar la brecha de la inequidad de género en América Latina es una de las claves para dejar de ser esclavas de las escobas y equilibrar las tareas de la casa con las actividades laborales remuneradas.
La semana pasada participé en una reunión a distancia con un equipo de colegas que se encontraban en distintas ciudades del continente. De los 6 participantes, 4 éramos mujeres y 3 de nosotras teníamos bebés o niños pequeños. Nuestros aportes profesionales fueron tan valiosos como los realizados por los compañeros, aunque estuviéramos en casa con el almuerzo en el horno, a pocos metros de distancia de nuestros hijos.
Las otras madres profesionales y yo teníamos dos cosas en común: acceso a Internet y una capacitación académica adquirida antes de iniciarnos en el maravilloso y enloquecedor mundo de la maternidad.
Monetizar tus conocimientos desde la casa no es una opción fácil. Necesitas tener una autodisciplina férrea, ser extremadamente organizada y sobre todo tener la convicción firme de que tu aporte será valorado fuera las paredes del hogar y se traducirá en bienestar económico para tu familia.
Hay distintos caminos que puedes explorar para regresar al mercado laboral sin renunciar al cuidado de la familia. A continuación comparto parte de mi experiencia pero las posibilidades son infinitas.
Decide qué quieres hacer
Elige alguna actividad que te apasiona y que te encantaría hacer a diario. Analiza si tienes madera de emprendedora y quisieras iniciar un negocio propio, o si eres experta en alguna actividad y te visualizas más como consultora independiente. Seguro hay algo que sabes hacer muy bien y que tiene un valor monetario, pero te has acostumbrado a hacerlo gratis.
No te subestimes ni te des por vencida
En el momento en que decidas iniciar una empresa, comenzarán a emerger las críticas y los obstáculos. Culturalmente somos reprochadas si no estamos 100% disponibles para encargamos del cuidado de los niños, de los enfermos, de los ancianos, de la limpieza y el abastecimiento del hogar. Hazte oídos sordos a quienes te digan que no podrás lograrlo.
Comparte las tareas
Hay que dejar atrás el síndrome de la Mujer Maravilla. Si sumes la responsabilidad de dirigir un negocio o tener un empleo a distancia, necesitas la colaboración de tu pareja para que asuma parte de las tareas tradicionalmente delegadas a las mujeres. Te sorprenderás de la buena disposición de los padres para realizar labores domésticas o involucrarse más en la crianza de los hijos.
Sigue estudiando
Es necesario que te capacites para ser competitiva en un feroz mundo laboral y la tecnología te permite que estudies sin salir de casa. También existen programas de capacitación para emprendedoras auspiciadas por los gobiernos regionales y Organizaciones no Gubernamentales como Voces Vitales. Las opciones están allí. Búscalas y aprovéchalas.
Organízate
Realiza una planificación de las actividades que tienes cada día. Establece un horario de trabajo que te permita avanzar cuando tus hijos estén la escuela o tomando una siesta y aprende a apagar el celular para entregar toda tu disposición y atención al momento que decidas dedicarle a tus hijos. Un horario flexible te permitirá reorganizarte si ocurre un imprevisto.
Subcontrata
Una vez que compartas las responsabilidades fundamentales con tu pareja, evalúa la posibilidad de contratar ayuda para la realización de algunas actividades domésticas. Es complicado ser productiva en una casa que huele a calcetines sucios. Para tener éxito es necesario que cedas el control y bajes las exigencias. Tu casa puede estar limpia y ordenada aunque no esté perfecta. ****
Minimiza las sorpresas en el calendario
Marca los períodos vacacionales y los feriados nacionales. Si trabajas con personas de otros países, tendrás que continuar tus actividades aunque en tu ciudad todos estén en la playa. Busca buenos planes vacaciones, planifica viajes con los abuelos, contrata a una niñera, inventa juegos que los niños puedan hacer en casa mientras estas ocupada. Recuerda que lo inesperado forma parte de la cotidianidad de una familia con niños pequeños.
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