Conoce tu cuerpo para aprovechar tus horas pico de productividad

Todos tenemos horas pico de productividad. Algunos se levantan de la cama como un rayo, listos para comerse al mundo, mientras que otros les cuesta abrir los ojos cuando sale el sol pero se mantienen frescos hasta la madrugada.

Comprender cómo funciona tu cuerpo te permitirá sacar mejor provecho de tu tiempo, que siempre será tu recurso más escaso. Para eso no necesitas convertirte un experto en tu ritmo circadiano, extraña palabra que explica cómo funciona tu reloj biológico.

Lo que sí necesitas es organizar tu cronograma de actividades escuchando las señales que te envía organismo. La premisa parece sencilla: duerme suficiente cuando tengas sueño, come alimentos sanos cuando tengas hambre y aprovecha tus momentos de vigilia máxima para realizar las actividades que requieran mayor energía física e intelectual.

Las presiones sociales no facilitan esa tarea. Nuestra vida está pautada por horarios que muchas veces no tienen nada que ver con nuestras preferencias personales. Las responsabilidades laborales y familiares con frecuencia nos obligan a posponer nuestras necesidades fisiológicas de alimentación y descanso.

El reloj biológico de cada individuo está programado de manera distinta. La buena noticia es que se comporta de manera cíclica, es decir, que las oscilaciones entre los momentos en que el cuerpo está preparado para actuar y los que necesita descanso pueden predecirse.

¿Cómo puedes aprovechar los picos de energía para sacarle el jugo al tiempo y aprender a parar cuando necesitas una pausa?

Identifica tus momentos de flojera

Para conocer tus momentos de máximo rendimiento es necesario saber los momentos en que tu energía está por el suelo. No pierdas el tiempo intentando terminar ese proyecto urgente si te pesan los ojos y no logras concentrarte más de 5 minutos. Detente y sincera tu horario. Somos más eficientes en filtrar las distracciones cuando trabajamos en nuestras horas óptimas del día.

Evita las comilonas

A todos nos cuesta sentarnos a trabajar con la barriga llena. Un almuerzo rico en carbohidratos y grasa disparará los niveles de glucosa en la sangre y te adormecerá. Si te cuesta mucho espabilarte después de comer, intenta programar una siesta. Si es imposible, privilegia los alimentos ricos en proteínas y verduras.

Duerme como un bebe

Pretender ser productivo sin dormir adecuadamente es como intentar usar tu teléfono móvil todo el día con el 10% de las baterias. Es inevitable que te quedarás sin baterías en la mitad de la jornada. Expertos del sueño como Emmanuel Mignot han determinado que el cerebro necesita dormir para mantener la concentración, despertar los sentidos, reaccionar adecuadamente a los estímulos y mantener en guardia tu sistema inmunológico.

Decide cuando estés alerta

Cuando identifiques tu máximo nivel de vigilia, aprovecha para resolver los problemas complicados, tomar las decisiones importantes y negociar acuerdos. Los logros alcanzados en ese período te motivarán a seguir adelante cuando tu energía baje. Y quítate la camisa de fuerza de los horarios preestablecidos. Tu hora pico puede ser en cualquier momento del día.

Disfruta la vida

La productividad es un recurso para aprovechar mejor nuestro tiempo no una estrategia para trabajar más.  Si mejoras tu productividad tendrás más tiempo disponible para disfrutar con tu familia o realizar una actividad artística o deportiva.  El desafío es aprender a escuchar las señales de tu cuerpo y atenderlas con el mismo interés que dedicas a satisfacer  las necesidades de tus clientes. La meta es vivir más y mejor.

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