Las reglas son normas que seguimos para ordenar nuestras acciones y gobernar nuestra conducta. Son muy importantes en la sociedad para facilitar la interacción entre las personas , establecer límites y frenar las actitudes inaceptables. Por ejemplo, si rompo todas las reglas gramaticales en este artículo seguramente tendrás dificultades para comprenderme. O si me dedico a violar las leyes del país donde vivo, no cabe duda de que me sancionarán y terminaré en la cárcel.
Pero hay creencias que sólo obstaculizan nuestra toma de decisiones y la capacidad de asumir riesgos. Como son viejas frases que hemos escuchado mil veces las asumimos como ciertas pero en realidad, lejos de ayudarnos, nos impiden vivir la vida al máximo y aprovechar grandes oportunidades laborales. Aquí te enumero 7 reglas que todavía son respetadas por mucho pero que a mí me funciona romper a diario.
Más vale malo conocido que bueno por conocer
Jamás comprendí esa regla. La idea de conformarse con una situación, por penosa que sea, para no salir de una zona de confort me parece abominable. Andar por rumbos desconocidos e intentar fórmulas nuevas puede ser atemorizante pero indispensable para mantenerte a ti y a tu negocio actualizado. Recuerda que la innovación es clave para mejorar tus resultados.
Creerte Superman o Superwoman
Compartir, delegar y cooperar son principios básicos para consolidar tus metas como emprendedor. Pretender hacerlo todo solo en casa, en los estudios o en los negocios terminará por desgastar tus energías y agotarte antes de alcanzar tus objetivos. El aislamiento y el egocentrismo son la criptonita de la imaginación.
El placer y los negocios no se mezclan
Una de las viejas creencias que debes desechar es que en los negocios no hay espacio para el placer. Disfrutar plenamente lo que haces, sonreir y divertirte son algunos de los ingredientes del éxito. Traza tus límites y establece las reglas del juego para alcanzar el equilibrio entre el goce y las responsabilidades.
Se ven caras pero no corazones
No hay nada más aburrido que alguien impersonal. Cuando elijo un servicio profesional, hay dos atributos que tengo en mente: que sea un experto en lo que ofrece y que sea empático. Me gusta sentir que estoy trabajando con profesionales que aman lo que hace pero que, sobre todo, son humanos con sus fortalezas y virtudes.
Somos amos de lo que callamos y esclavos de lo que decimos
La honestidad es fundamental en todos los discursos de negocios. Una pizca de discreción es buena y hasta necesaria, pero debemos ser capaces de expresar clara y abiertamente nuestra posición a nuestros amigos, compañeros de trabajo y clientes.
Genio y figura hasta la sepultura
Nada más falso que ese refrán. Si todo cambia y se transforma, tú también puedes hacerlo. Puede que no sea fácil cambiar viejos hábito o dejar de creer en algo que aprendiste cuando niño y que consideraste como un dogma. La capacidad de reinventarse y de girar el timón 180 grados para cambiar el rumbo es una fortaleza indiscutible.
Sé original
La originalidad absoluta es difícil de lograr y pasarás años paralizado si descartas todas las ideas que se parezcan a la de alguien más. Eso quiere decir que si quieres ser zapatero está bien que hagas zapatos. Los humanos han protegido sus pies para caminar desde el paleolítico y aún hoy es una necesidad del mercado. El secreto está en que los zapatos que hagas sean excelentes y gusten al público que tú decidiste satisfacer.
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