Imaginarnos cabalgando un estupendo ejemplar equino, en una playa caribeña, con el mar reventando en pequeñas olas justo en la orilla… puede parecer una escena cinematográfica o un sueño muy elaborado, más que algo cercano a nuestra realidad. Pero, en un osado ejercicio de la imaginación, podríamos preguntarnos ¿y por qué no?
Así, como un sueño, nació la idea de crear un emprendimiento agroecoturístico, donde las atracciones principales fuesen disfrutar de la naturaleza propia de la Península de Macanao, incorporando la interacción con parte de su flora y su fauna tropicales, para brindar una experiencia única a los visitantes.
Hoy, esa idea que se gestó hace una década, es lo que se conoce como Hacienda Macanao, en la Isla de Margarita, estado Nueva Esparta. Todo lo agreste de la región más occidental de la ínsula, ha funcionado como escenario para albergar un centro de entretenimiento que invita a disfrutar, comenzando por la experiencia única del turismo ecuestre.
“Queremos que los clientes conozcan la Península, sobre todo el parque nacional ‘La Restinga’, de la mejor manera: montados sobre el lomo de un caballo, para recorrerla”, explica Daniel Ancieta, quien atribuye la motivación para este negocio a su profesión de biólogo y a la pasión que sienten tanto él como su esposa, Vanessa Echavarría, por los equinos.
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Y precisamente, son las cabalgatas la atracción más demandada por los visitantes; se pueden realizar durante media hora, 1 o 2 horas o incluso medio día, para abarcar mayores distancias en este territorio insular, con grandes áreas de vegetación diversa y una infaltable brisa marina que enriquece la vivencia agroturística.
Pero también hay otras opciones, como la granja de contacto, donde podrán los visitantes pueden interactuar con los animales, además de conocer su proceso biológico y las características de cada especie. Hay vacas, cabritas, burros y báquiros, entre otros, además de los caballos.
Allí, sin duda, las que “se roban el show” son las avestruces, por si no parecía suficientemente “exótico” cabalgar en la playa. De hecho, la hacienda se vislumbró en principio como criadero de estas aves gigantes, pero luego desembocó en este lugar de esparcimiento familiar. Una muestra de cómo los negocios pueden transformarse con el tiempo.
“Cuando tienes un emprendimiento como éste, tienes que hacerlo parte de tu vida, porque si no, no aguantas el ritmo”, asegura Ancieta y agrega que luego de esta primera década, lo más importante que ha aprendido sobre su negocio rentable es a tener mucha paciencia y ser optimista. “Hay que pensar siempre en positivo”.
Destaca como un elemento importante de la sostenibilidad de Hacienda Macanao la capacidad de tomar precauciones para los tiempos difíciles, como la crisis de servicios públicos que atraviesa el país, situación por todos conocida.
Fue una lección que aprendió rápido por tener su empresa ubicada en la zona más árida de Margarita. “Si falla el suministro de agua potable, no nos afecta, porque estamos en un desierto y desde hace 10 años nos preparamos para ello: tenemos un pozo propio y procuramos reciclar el agua”, refiere.
Como emprendedor de esta era, valora significativamente lo que las redes sociales han hecho por su emprendimiento ecoturístico, ya que asegura que es Instagram la que le ha permitido convertir más prospectos en clientes, incluso en mayor medida que su página en Facebook.
Le preguntamos a Daniel Ancieta lo que define como oferta de valor de Hacienda Macanao, cuáles han sido las herramientas digitales más útiles para su negocio y qué puede compartir de sus aprendizajes luego de cumplir 10 años como emprendedor. A continuación, sus respuestas:
