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El objetivo de comunicarnos con otras personas es lograr que nos entiendan. Por eso, cuando conversamos con alguien, escogemos las palabras de acuerdo a la ocasión.
La comunicación escrita tiene reglas más estrictas y eso no excluye las publicaciones en redes sociales o internet.
Si eres un emprendedor y quieres compartir tus conocimientos a través de tu blog, debes hacer un esfuerzo para que lo que escribes sea comprendido para el mayor número de personas.
La magia de internet es que un científico, una ama de casa, un albañil o una persona con escasos conocimientos de tu idioma pueden encontrarte en la web y aprender de tu experiencia. Pero si te extiendes demasiado, eres desordenado, impreciso o tratas de impresionar a todos con tus conocimientos perderás la oportunidad de oro de conectarte con otros para transmitir lo que sabes y aprender todavía más de sus opiniones y comentarios.
Hay posiciones encontradas sobre los estudios de la legibilidad, que son pruebas que analizan si un texto puede ser comprendido fácilmente.
Algunos critican el uso de los test para determinar si un texto tiene un nivel adecuado de legibilidad, como un paso previo a su publicación. Las primeras pruebas de legibilidad fueron desarrolladas en el siglo XX por Rudolph Franz Flesch para los escritos en inglés y por el dúo Fernández-Huerta para el español.
En la actualidad hay programas de licencia libre como el Inflesz, que te permiten hacer un rápido análisis de lo que escribes si deseas saber qué tan sencillo será para otros comprenderte.
Aunque esas herramientas pueden ser útiles, me confieso una gran partidaria del uso del sentido común a la hora de redactar.
La idea de escribir puede ser atemorizante. Algunas personas se paralizan, otras se enredan, otras creen que si no demuestran toda su sapiencia en 5 párrafos quedarán expuestos como ignorantes.
El secreto de escribir para internet es aferrarse a la sencillez. Respirar profundo para calmar los pensamientos, expresar una idea en cada oración y recordar lo que te enseñó la maestra en la escuela sobre las comas y los puntos.
El primer desafío es elegir una idea, expresarla, saber cuándo colocar el punto y aparte y, finalmente, publicarla.
La segunda meta es ir mejorando en el orden, la redacción y la veracidad de lo que dices para que te lean.
Deseo compartir una reflexión sobre un fragmento del Manual de Estilo del diario The New York Times, uno de los medios más antiguos y de mayor prestigio de Estados Unidos, que me envío una amiga hace unos días.
En el prólogo de la versión revisada del 2015, el manual dice: “Somos periodistas, no somos académicos ni poetas, artistas o activistas. En el Times, nuestra meta es escribir una prosa clara, precisa, directa que ofrezca información importante a lectores ocupados”.
Es muy probable que tú no seas periodista y seguro que no trabajas para el Times. Pero al escribir para tu blog o para las redes sociales te recomiendo que recuerdes esa regla de oro que el diario exige a sus escritores: claridad, precisión y relevancia.
La próxima vez que te sientes a escribir piensa en una niña de 7 años. Si al final de tu historia la pequeña es capaz de entender la idea general que intentaste comunicar, vas por el camino correcto.
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