Desde hace semanas comencé a recibir unas invitaciones de amistad por Skype de unos sujetos que dicen pertenecer al ejército estadounidense. La primera vez que me ocurrió miré bien la foto del hombre cincuentón, vestido de coronel, a ver si lograba identificar su rostro en mi base de datos mental. Pero nada en sus rasgos ni en el nombre, Williams McDonalds, de su perfil me parecía conocido.
No pensé demasiado en el asunto. Nunca he socializado con personal militar así que las posibilidades de que en realidad conociera al solicitante eran remotas. Mi respuesta definitiva fue rechazar la solicitud.
Pero invitaciones similares continuaron llegando a mi cuenta de Skype. Y entonces comencé a preocuparme. Ya no se trataba de un hecho aislado sino de intentos de contacto que seguían un patrón. Todos decían ser militares, todos vestían uniformes del ejército y todos querían ser mis amigos.
Le pregunté a un amigo experto en seguridad digital y confirmó mis peores sospechas: soy blanco de una red de estafadores por internet.
Los chats de la comunidad de Skype están repletos de relatos sobre las actuaciones de estos pillos virtuales que buscan a sus víctimas haciéndose pasar por soldados. El community manager del chat escribió: “Es una trampa muy conocida que sucede en Internet, no sólo en Skype. Si recibes una solicitud de contacto que no te parece familiar, simplemente recházala. No hay un sistema de búsqueda o seguimiento del lado de los estafadores, simplemente envían solicitudes de contactos a varias combinaciones de usuarios. Lo mejor es bloquearlos y reportar el abuso de esos usuarios y nosotros nos encargaremos de eliminarlos”.
Como periodista, estuve tentada a aceptar una de las solicitudes a ver con qué cuento me venían. Pero prevaleció mi temor a que la banda criminal me pegara un virus informático o que me hackeara mi información financiera y profesional. Mi única defensa es seguir las instrucciones y cuando toca a mi puerta de Skype otro bandido disfrazado de traje de gala militar lo bloqueo y reporto el abuso. Espero que el equipo de seguridad del programa también haga su parte y los mantenga a raya.
Pero una de las participantes en el chat relató su experiencia: “Manténgase alejadas de XXXX, que se hace pasar por un teniente del ejército a quien le robó sus fotos por la web. Estuve hablando con esa persona y me dijo que estaba sirviendo en Siria. Era muy encantador, hasta me dijo que se quería casar, hasta que le mencioné que no podía conectarme durante una semana porque estaría trabajando. Entonces me dijo que tenía un hijo en Libia que estaba enfermo, que necesitaba el dinero pero que no podía enviar el dinero porque su base estaba sitiada. Al final descubrí que era un estafador”.
Mi recomendación es que te protejas de mensajes y llamadas no deseadas por Skype, limitando el acceso a tu información en la configuración de privacidad. Pero principalmente te aconsejo que uses el sentido común y hagas caso a lo que tu mamá te enseño en la infancia: no hables con extraños. Internet está repleta de tiburones hambrientos que tratan de sacar provecho de cualquier muestra de debilidad de los cibernautas. Actúa con astucia. Mira que en el mundo digital estás mucho más expuesto de lo que te imaginas.