Ya fuese con forma de cerdito, de una casita o simplemente reutilizando una lata de galletas o dulces, seguramente de niños tuvimos una alcancía, donde los adultos nos invitaron a guardar las monedas y billetes que recibíamos del “Ratón Pérez” o “El Hada de los Dientes”; o aquel generoso botín acumulado por navidad o cumpleaños. Si aprendimos a ahorrar desde chicos, ¿cómo es que hoy “hacemos magia” para pagar la tarjeta de crédito, la hipoteca, las cuotas del auto o el seguro de vida?
La educación financiera es tan necesaria como la lengua nativa, porque recurriremos a ella a lo largo de nuestra vida para desenvolvernos en cualquier escenario. Por eso, como padres, tíos o abuelos, hoy nuestro deber es procurar que los más pequeños de la casa puedan conocer estos principios financieros y aplicarlos: el ahorro en la infancia con sus alcancías, la responsabilidad de manejar dinero en la adolescencia, cómo aprovechar las herramientas de crédito sin ahogarse en deudas en la juventud, son sólo algunos ejemplos.
Y es que no se nos acaba de ocurrir, pues la Unicef tiene dentro del programa Escuela Unidas por la Infancia un módulo de Educación Social y Financiera, que tiene como objetivo “inspirar a los niños a ser ciudadanos social y económicamente empoderados, dotándoles de las aptitudes y los conocimientos necesarios para convertirse en agentes activos capaces de transformar sus comunidades y sociedades”.
Entonces, reunimos algunos de los más valiosos consejos de expertos en economía y finanzas, que les permitan tener una vida más plena y no resultar “esclavizados” por el dinero.
Habla con tus niños sobre el dinero
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Muchas veces, cuando respondemos a la solicitud de un juguete o un postre con “ahorita no tengo dinero”, los pequeñines en su inocencia responden: “¡pues vamos al banco y sácalo!”, porque es así como han visto que la “gente grande” obtiene efectivo cuando lo necesita. Es importante explicarles cuál es la fuente real de los ingresos y lo que requiere obtenerlos. Quizá no lo entiendan del todo al principio, pero con el tiempo lo harán.
Enséñales cómo hacer un presupuesto
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En vacaciones, muchos chicos se van de campamento o a pasar algunas semanas con los abuelos, unos tíos o “sus otros papás” –caso común de los hijos de divorciados– y ya tienen edad para manejar efectivo. Entonces, siéntate con ellos y elaboren un presupuesto juntos para cada día o semana, de forma que puedan aprender a gastar lo que les des con cautela. No significa que les entregues todo el dinero de las vacaciones, pero al menos sí lo de sus meriendas, para comenzar.
Ahorrar paga con satisfacciones
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Si hay algo difícil de meterle en la cabeza a un joven de esta era es aprender a esperar, sobre todo cuando la inmediatez es medular para compartir cualquier vivencia en las redes sociales. No obstante, con mucha paciencia de por medio, es posible que aprendan que el “sacrificio” de guardar algunas monedas o billetes hoy, será la base de su satisfacción cuando mañana pueda utilizar sus ahorros en algo que sea importante y significativo para sí mismo.
Invertir multiplica el dinero aunque no lo vean
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Son muy pocos los padres –que no estén vinculados con el mundo financiero– quienes enseñan a sus hijos a invertir. Compra de acciones, poner dinero a plazo fijo y bienes que se cotizan mejor con el tiempo, como un balón de fútbol edición especial que no vaya a usar para que se convierta en objeto de colección y aumente su valor, son ejemplos que les demuestran cómo se puede multiplicar el dinero, aunque no vean los billetes crecer ante sus ojos como las plantas.
En el portal finanzasparatodos.es encuentras un glosario financiero para niños, que explica varios términos de forma divertida. También te ofrecemos este video de Bancaribe y el Instituto de Finanzas y Empresas que ofrece más “Consejos para Padres” para hablar sobre estos temas con sus chicos: