No sólo de Netflix o tv satelital vive el hombre cinéfilo. Los amantes del séptimo arte también pueden ahora pagar para contribuir con la producción de un film y no necesitan ser millonarios para ello, gracias al crouwdfunding o Financiamiento Colectivo. Esta herramienta, a través de la cual cientos e incluso miles de personas pueden aportar desde 5 dólares hasta “lo que aguante el bolsillo”, les permite, además, convertirse en parte del equipo realizador y que su nombre salga incluso en los créditos finales o tener una copia del guión original.
Un ejemplo muy cercano recientemente lo dio el reconocido director chileno Alejandro Jodorowsky, quien a través de un video muy emotivo, solicitó a los seguidores de sus películas (algunas consideradas de culto, como “El Topo” y “la Montaña Sagrada”, sin olvidar a la mítica e irrealizada “Dune”) apoyar la financiación de “Poesía sin fin”, su nuevo proyecto, el cual tiene un costo total que sobrepasa los 3 millones de dólares.
El también dramaturgo, poeta y ensayista afirma en el mensaje promocional para la recaudación: “_No actúo por ideas, sino por necesidades de expresión; entonces cuando hago una película es porque tengo la necesidad de expresar algo. No pienso ni en la industria, ni en los cines, ni en el productor…_”. Esto se deduce que fue un aprendizaje luego de hacer “El Ladrón del Arcoiris” en 1990, la cual fracasó debido a las presiones que ejercieron los productores sobre el realizador para terminarla.
Es por ello, que acudió a los amantes del cine y a través de Kickstarter obtuvo el año pasado 442 mil 313 dólares, cuando la meta fijada fue de 350 mil. No obstante, a través de otra conocida plataforma como Indiegogo, hizo otro llamado para costear la postproducción, para la cual ha recaudado más de 238 mil dólares hasta ahora. El 3 de febrero de este año, respondió a una “financista” en su Twitter que en un mes espera terminar “Poesía sin fin”. Indudablemente, será un logro para mostrar que hacer cine no es inalcanzable.
Un ejemplo venezolano en documental
Existe una subcultura que si bien es reconocida por su llamativa forma de comunicación, no ha sido muy tomada en cuenta en lo que a cinematografía se refiere. De hace décadas, se recuerda a “Hijos de un Dios Menor” y del 2014, a “La Familia Bélier”, entre otras, que son pocas si contamos las cientos de obras fílmicas que se producen anualmente en todo el mundo.
José Medina, estudiante de Cine en Mérida (Venezuela), es hijo de dos personas con discapacidad auditiva, lo que le llevó naturalmente a aprender lenguaje de señas y convertirse, de hecho, en intérprete certificado en el país. Pero siempre ha tenido la inquietud de comunicar a quienes desconocen la realidad de los sordos, con todos los matices que posee. Y ha escogido a su papá para que protagonice este documental.
Junto a otros compañeros de la Universidad de Los Andes, ha iniciado una solicitud de financiamiento colectivo en Indiegogo para realizar “Enseña-me”, para lo cual requieren 500 dólares, destinados a cubrir los costos de producción y postproducción. Aún restan 14 días para que cierre el período de recaudación, mas el proyecto sigue en marcha. Si deseas colaborar, puedes hacerlo aquí, además de ver el video promocional que ofrece un adelanto de lo que mostrará este grupo de jóvenes cineastas.