“Se conocen muchas mezclas de sabores para pizzas o hamburguesas, como emblemas ‘de la casa’, pero nadie se atrevía a tocar el perro caliente (hot dog). Así que mis socios y yo nos dijimos ¿por qué no?”. Así nos cuenta Boris Planchart el nacimiento de Japandog, un emprendimiento culinario que deleita a los caraqueños por su oferta innovadora, llena de sabores intensos y diferentes.
Tras un año y medio de operaciones con un producto jamás vendido en el país, junto a David Montoro y Humberto Pacheco, refiere cómo este trío se atrevió a pensar “fuera de la caja” para concebir y definir su creación.
“Son dos productos diferentes, que encantan a las masas pero por separado, así que definir la propuesta del negocio fue producto de un análisis muy minucioso. Además, incluye ingredientes cuyo manejo y conservación –las salchichas y el pescado crudo, principalmente- generan desconfianza en la mayoría de la gente”, explica el chef. Así fue como decidieron adaptar al paladar del venezolano lo que conoce como comida rápida japonesa y americana en un plato “fusión”.[
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A la Superferia del Centro Comercial Sambil, una de las más concurridas de la capital venezolana, acude un público extremadamente diverso, con gustos muy variados, por lo que en su local, atienden un mercado muy heterogéneo; algo a lo tuvieron que ajustarse, para aprovechar ese posicionamiento que brinda estar ubicados en un lugar tan visitado.
Desde el menú que se presentó al iniciar operaciones en octubre de 2014 al que existe actualmente, se han producido modificaciones; algunas por dificultades en conseguir o costear ciertos ingredientes, pero sobre todo, por sugerencias de los comensales. “Han sido cambios mínimos, de detalles, pero que han resultado muy buenos para fidelizar a los clientes. Hasta se ha incluido cocina molecular para sacar mejor provecho algunos productos”, comenta Planchart.
A esta altura, considera que han superado “la prueba de fuego”, al afirmar que JapanDog es un negocio rentable, que salió airoso tras comenzar en una época difícil económicamente para el país, pero que ha sido de ganancia para estos emprendedores, principalmente en experiencia.
No obstante, considera que la empresa aún está muy joven para delegar la gerencia en otra persona distinta a sus tres creadores, pero hacia allá se encaminan. “Estamos desarrollando un modelo de franquicia, que nos planteamos desde el inicio, porque creemos en la rentabilidad de este modelo de negocio”.
Vale recordar que Japandog dio sus primeros pasos como emprendimiento en un carrito de metal, típico de las ventas de hot dogs, del que pasaron luego al local en el centro comercial. Aun así, no lo descartaron, sino que a través de él, ofrecieron un servicio de catering con los productos que caracterizan su marca, pero en versión de aperitivos para eventos corporativos o bodas, fiestas de quinceañeras, graduaciones, etc.
Los fundadores de Japandog creen que en la adversidad, es cuando florece el perfil de emprendedor del venezolano, quien siempre tiene una idea de negocio para poner en práctica y además, confía en que el público va a responder positivamente a esa oferta, por esa tendencia natural que tienen los criollos a probar y comprar cosas novedosas y de calidad.
Aprovechamos para preguntar a Boris Planchart por qué se atrevieron a innovar en un producto tan bien posicionado en el mundo de la comida rápida como el hot dog; cuáles han sido los aprendizajes obtenidos durante este primer año y medio de operaciones y qué le aconseja a los emprendedores en cuanto a la gestión de sus contenidos en redes sociales. A continuación, puedes ver sus ilustrativas respuestas: