Si perder alguna prenda o algún objeto preciado te puede traer un disgusto o un mal sabor de boca, pues es importante que sepas que perder datos confidenciales de tus clientes no solo te dará malos ratos, sino incidirá en el rendimiento de tu negocio, porque puedes perder muchísimo dinero si esto te llegase a ocurrir.
Aunque las cifras demuestran cuán perjudicial puede ser esta situación para cualquier empresa, hay un factor clave: estas pérdidas son causadas por hackers y cibercriminales, que inescrupulosamente planifican estos ataques para dañar la reputación y la productividad de cualquier empresa. Y lo que es peor: muchas compañías, sobre todo medianas y pequeñas, no tienen ningún sistema de seguridad para afrontar esta situación.
Según datos aportados por CincoDías, una compañía puede llegar a perder hasta 3,5 millones de euros cada año por esa causa. Lo más lamentable es que desde 2013 al menos en Europa, ha habido un aumento de estos casos en más de 20%, según un informe que elaboró IBM, titulado Estudio sobre el coste de la pérdida de datos 2015. Por su parte, EMC Corporation en su estudio global de protección de datos consiguió que entre las compañías encuestadas, en los últimos 12 meses, las pérdidas por estas razones alcanzaron la cifra de 1.700 millones de dólares.
No obstante, el escape de datos no solo se debe al bloqueo de hackers, sino también al robo de organizaciones dedicadas a vender esos datos en la llamada deep web. Dicho sea de paso, estos datos no solo son hurtados sino también pueden ser secuestrados: es decir, piden a cambio de devolverlos ciertas sumas de dinero que se deben cancelar en un corto periodo de tiempo. ¡Al mejor estilo carcelario de ciertos países latinoamericanos!
Además del hurto, los cyber hampones pueden sabotear tu red de diversas maneras, por ejemplo al violar accesos restringidos, revelar información cifrada o falsificar documentos. Una de las caras más amargas de este tipo de delito es phishing, o suplantación de identidad, a través del cual se logra tener acceso a números y claves de cuentas bancarias, además de códigos de tarjetas de crédito. Una gama de la cual hay que protegerse.
Según información aportada por El País de España, entre las industrias más vulnerables se encuentran el sector financiero, así como también pymes productoras de contenido (video, televisión, sonido, música y editoriales); agencias de viajes; empresas con acento en contenido científico; además de pequeñas empresas comerciales como hostales, posadas, restaurantes, cafeterías, tiendas de ventas al retail, que también podrían estar en la cuerda floja.
De manera que ante esta pandemia, ¿qué pueden hacer las Pymes para resguardar los datos de sus clientes? Invertir en seguridad es una de las opciones más claras, pero no es la más económica, por lo que la cooperación sobre inteligencia del fraude entre las empresas se hace un recurso obligatoriamente que debe ser compartido.
Una de las ideas que recogió El País en su informe es la necesidad creciente de que las personas estén al tanto de esta vulnerabilidad y evitar las conductas de riesgos: desactivar antivirus, evitar ejecutar archivos adjuntos de correos con direcciones desconocidas, pasar de páginas “inadecuadas”. Reconocer un email malicioso puede ser el inicio de una barrera que si se traspasa podría ser un error. Errores de esos que cuestan caro.